Hace unos días atrás, en las vísperas de la Noche Buena, fui
con toda la familia a sacarnos la foto con Papá Noel (¡Por favor evitemos
llamarlo Santa!) Obviamente y en la previa mis dos hijos mayores escribieron
sendas cartas para el ilustre personaje de las Navidades vestido a la usanza
del frio invierno del hemisferio norte y con los colores de la Coca Cola.
Al llegar mi hija le dejo una carta llena de frases
afectuosas y pedidos típicos de una chica, mientras que el mayor que ya tiene
nueve años le pidió solo una toalla de RACING y un IPOD. Cuando leí la carta de
Felipe y su pedido de mas de mil pesos debo reconocer que me planteé si era el
momento de comentarle que Papá Noel éramos nosotros. La pregunta es cuanta
verdad tenía decirle que Papá Noel no existe, si aunque sé que los regalos se
los hago yo, creo fervientemente en el milagro de la Navidad.
El tema es que al día siguiente y luego de juntarse con unos
amigos, él mismo me vino a decir que sabía que los regalos los hacíamos
nosotros y que según le dijo algún amigo, Papá Noel no existe, CHAN! Había
llegado el momento nro. ”2” tan temido de todo padre, Sabiendo que el nro. “1”
es la charla sobre sexo, tocaba ahora aclarar los tantos sobre los personajes
de ficción que dan valor a los eventos de los niños, es decir Papá Noel, El
ratón Perez, los tres reyes magos, el conejo de Pascuas, etc…
Lo primero que le dije a Felipe es que Papá Noel existió,
que de hecho se trata de un santo llamado Nicolás, San Nicolás de Bari, que era
un hombre pudiente que durante las Navidades les regalaba a las familias pobres
las dotes para que sus hijas pudieran casarse, ya que entendía que siendo el
cumpleaños de Cristo y sabiendo que Jesús habita dentro de cada uno de nuestros
prójimos, les entregaba el regalo para el cumpleañero al prójimo. Tan bueno fue
ese hombre que tras su muerte se convirtió en unos de los santos de la Iglesia.
Lo interesante es que Papá Noel aún existe dentro de nosotros porque lo que
perdura de esa filosofía de San Nicolás es la de hacer un regalo al Cristo en
cada hombre. Y que muchos mas importante que darle una Playstation 4 a un chico
es darle una comida digna o abrigo, incluso hasta un gesto de afecto o una
sonrisa a quien no la tiene y que ahora que el ya lo entendía era momento para que
pensemos juntos por quien podíamos hacer un milagro de Navidad para el próximo
año.
Me miró pensativo y me dijo “Bueno, el Ipod me lo compro con
la plata que me regalen para mi cumple mas mis ahorros y podríamos ver de
ayudar a ese señor que está en la esquina de Godoy Cruz y Santa Fe que tiene HVI”
(sic)
Se me llenó el culo de preguntas, lo admito ¡Que alta me
pusiste la vara hijito! Esperaba algo mas como comprar algunos juguetes y
llevarlos al Hospital de Niños, pero fuiste derecho por la mas complicada, me
gusta, se nota que el mensaje llegó a destino.
Que me digan los que quieran que Papá Noel no existe… Yo me
quedo tranquilo, obvio que existe, a partir de ahora Papá Noel es mi hijo.
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