Primero que nada una pequeña aclaración, el "thinner" o "tiner" es un diluyente de pintura universal, uno de los mas fuertes. Básicamente es el diluyente que todo ciudadano de a pie le encantaría llevar cuando llega a una esquina y se encuentra con un automóvil de los que denominamos "alta gama" estacionado como quien se cagaría en la tapa del piano de cola de Bethoven sobre la rampa para discapacitados.
Me cansa, me irrita, me pone de altísimo mal humor ver que quien podría sin ningún inconveniente hacerse cargo del pago de una cochera prefiere estacionarlo en el lugar que está pensado para los que tienen necesidades diferentes de desplazamiento, no solo discapacitados, ancianos, cochecitos y otros que seguro no se trata de los usuarios de estos vehículos.
La semana pasada caminando por Palermo tuve la oportunidad de encontrarme al llegar al semáforo a un "trapito" que hacía estacionar en la esquina sobre una rampa a un BMW Z3... Aparte: Hermano!!!! Sos un grasa de la gran puta!!!! Tenés un Z3 y lo dejás en la calle, ojalá que te lo choque un camión jaula y después de rompértelo todo te lo caguen las treinta vacas que van arriba! Vuelvo, le pegué una chifladita al pelotudo del BMW, porque increíblemente me cortaba el paso del cochecito de mi hijo, acto seguido el trapito me dice, "¡Andá por allá loco!" señalándome la rampa para cruzar a la otra calle. De mas está decir que no me lo guarde y lo mandé al carajo, el propietario de la nave espacial alemana, se dio cuenta y reculo, solo para que yo pasara ya que a mitad de cuadra ya lo había puesto en el mismo lugar y se iba lo mas choto a tomar unos copetines a algún lugar "cool" lastima que el de cool no tiene una mierda.
Me quedé masticando todo el camino, pensé en tanta gente en silla de ruedas, tantas viejas con los changuitos, discapacitados con andadores, madres con cochecitos...
Me acordé de mi cuñada que estaba embarazada de 8 meses y el trapito de la cuadra le hacía dejar los autos a los giles en la entrada de la cochera, pensaba en un bebé que llega en medio de la noche y mi cuñado con un hacha rompiéndole el auto al medio.
Un primo de mi mujer me contó que alguna vez su padre cansado de que le estacionaran el auto en la entrada a la cochera le había puesto una esponja empapada en solvente en el techo, para cuando el tarado finalmente llegó a buscar el auto era como un caleidoscopio.
No se, me quedó en la cabeza, lo dejo a sus criterios, como dice Karina Olga. Señora, mamá, abuelita, y si nos llevamos en el bolso un frasco de Thinner, con una esponja adentro? La verdad no quiero sonar machista pero llevan tantas boludeces en los bolsos y carteras, créanme esto lo van a usar seguro. Lo llevamos con la tapa, cerradito y donde vemos un auto de estos en el que algún hijo de puta se cagó literalmente en nosotros, abrimos la tapa del frasco, sacamos la esponja "sin escurrir" y se la depositamos suavemente sobre el capot. El solvente comenzará a gotear lentamente e ira haciendo el efecto deseado dejándole al propietario de la lujosa maquina la sensación al llegar de que valía muchísimos mas la pena pagar $120 de media estadía en cualquier cochera.
Hace años que tengo la sensación de tener en mis manos la capacidad de escribr las cosas mucho mejor de lo que las digo por eso me permito este espacio para compartir con todos la forma en las que veo a mi ciudad y mi país
lunes, 24 de marzo de 2014
viernes, 7 de marzo de 2014
Los ángeles de Charly
Hace un par de años fui con mi hijo a un cajero temprano por la mañana de
Sábado antes de ir para el club. Cuando estábamos por salir, al darnos vuelta
había atrás nuestro un hombre mayor que pasaba los ochenta, humilde que
con un gesto se me acercó amablemente y me pidió que lo ayudara con el cajero
ya que el no lo entendía, aunque estábamos apurados, como siempre, me tomé un
minuto para ayudarlo y nos agradeció muchísimo. Al salir del Banco nos dimos
vuelta con Felipe y el viejo ya no estaba, había desaparecido y Felipe se quedó
impactado. "¿Dónde está?" me dijo. "No sé hijo", le
contesté, "Debe haber sido un ángel". Es el día de hoy que cada tanto
Felipe me dice, "Papá te acordás esa vez que vimos un ángel"
Tengo un amigo por el que tengo un cariño muy especial, es un tipo al que conocí hace relativamente poco en mi vida, pero lo quiero mucho y en mucho ha sabido ser un ejemplo para mi, no es un santo sino un hombre común que al fin y al cabo es de lo que están hechos los santos, y tiene vaivenes emocionales como cualquiera pero ha sabido enfrentar los problemas que le ha planteado la vida y se desvive por sus dos hijos a los que les dá prácticamente todo. No carga la cruz mas pesada de todas pero una cosa puedo decir y es que no ha tenido una vida fácil en general.
Hace algunos días junto a otros amigos del ámbito laboral tuvimos la oportunidad de compartir un viaje de trabajo con Carlitos, mi amigo. En ese viaje como muchas veces comenzamos tertulias interminables sobre nuestro trabajo y que cosas pueden hacerse para mejorarlo, en una de las tantas salidas a la calle para "echar humo" como dice mi amigo, y conversando sobre lo que viene, sus ideas, las mias y como veíamos el año, el sector... en fin como suele pasar siempre, dos trasnochados intentando arreglar el mundo, se nos acercó un chico, un flaco, un "vaguito" de no mas de 25 años al que se lo notaba medio borracho y con la nariz rota de haber cobrado alguna vez un regio piñón. Mi primera reacción fue la de cualquiera, instintivamente me puse alerta, no nos había terminado de pedir una moneda para comprar comida que yo ya había dicho que no tenía tres veces (... y para el gallo faltaban como ocho horas) lo increíble era que mientras tanto me tintineaba el bolsillo del cambio que tenía. Pero me sorprendió la reacción de Carlos, lo primero que le dijo fue: ¡Como te dejaron la nariz negrito! ¿te pegaron? y metiendo la mano en el bolsillo sacó unos pesos, que se que no le sobraban y se los dio, después le dio un beso y le dijo: "Tomá, vas a ver que todo va a andar mejor". El flaco se me quedó mirando como diciendo "y vos para mi que tenés?" y yo solo atiné a decirle: "Disculpá no tengo nada". El flaco me dio un beso a mi también y se fue.
Carlitos me miró y le brillaban los ojos y me dice: "Viste eso! Son ángeles que te manda la virgen, te los pone enfrente para ver como reaccionás".
Volvimos al salón a donde estábamos comiendo y subí las escaleras pensando que mi amigo tenía razón en muchas cosas y en otras se equivocaba también pero en este caso me había dado a mi que soy el clásico católico practicante una lección sobre lo que se denomina un hombre de fe.
Tiene razón el petiso, Dios te pone en el camino todo el tiempo situaciones en las que quiere verte actuar como nos enseño, como el buen samaritano que no le preguntó al necesitado ni de donde era ni que había hecho para estar como estaba, simplemente lo ayudó, sin juzgar porque juzgar es pecar, pecar de soberbio y la soberbia es la madre de todos los pecados.
Llegué a la mesa habiendo convertido mi cara de incredulidad en una sonrisa de fe renovada, me hizo feliz lo que había pasado y me hizo feliz saber que mi amigo tiene sus propios ángeles, buena falta le hacen, es bueno saber que puede contar con ellos, con los ángeles de Charly.
Tengo un amigo por el que tengo un cariño muy especial, es un tipo al que conocí hace relativamente poco en mi vida, pero lo quiero mucho y en mucho ha sabido ser un ejemplo para mi, no es un santo sino un hombre común que al fin y al cabo es de lo que están hechos los santos, y tiene vaivenes emocionales como cualquiera pero ha sabido enfrentar los problemas que le ha planteado la vida y se desvive por sus dos hijos a los que les dá prácticamente todo. No carga la cruz mas pesada de todas pero una cosa puedo decir y es que no ha tenido una vida fácil en general.
Hace algunos días junto a otros amigos del ámbito laboral tuvimos la oportunidad de compartir un viaje de trabajo con Carlitos, mi amigo. En ese viaje como muchas veces comenzamos tertulias interminables sobre nuestro trabajo y que cosas pueden hacerse para mejorarlo, en una de las tantas salidas a la calle para "echar humo" como dice mi amigo, y conversando sobre lo que viene, sus ideas, las mias y como veíamos el año, el sector... en fin como suele pasar siempre, dos trasnochados intentando arreglar el mundo, se nos acercó un chico, un flaco, un "vaguito" de no mas de 25 años al que se lo notaba medio borracho y con la nariz rota de haber cobrado alguna vez un regio piñón. Mi primera reacción fue la de cualquiera, instintivamente me puse alerta, no nos había terminado de pedir una moneda para comprar comida que yo ya había dicho que no tenía tres veces (... y para el gallo faltaban como ocho horas) lo increíble era que mientras tanto me tintineaba el bolsillo del cambio que tenía. Pero me sorprendió la reacción de Carlos, lo primero que le dijo fue: ¡Como te dejaron la nariz negrito! ¿te pegaron? y metiendo la mano en el bolsillo sacó unos pesos, que se que no le sobraban y se los dio, después le dio un beso y le dijo: "Tomá, vas a ver que todo va a andar mejor". El flaco se me quedó mirando como diciendo "y vos para mi que tenés?" y yo solo atiné a decirle: "Disculpá no tengo nada". El flaco me dio un beso a mi también y se fue.
Carlitos me miró y le brillaban los ojos y me dice: "Viste eso! Son ángeles que te manda la virgen, te los pone enfrente para ver como reaccionás".
Volvimos al salón a donde estábamos comiendo y subí las escaleras pensando que mi amigo tenía razón en muchas cosas y en otras se equivocaba también pero en este caso me había dado a mi que soy el clásico católico practicante una lección sobre lo que se denomina un hombre de fe.
Tiene razón el petiso, Dios te pone en el camino todo el tiempo situaciones en las que quiere verte actuar como nos enseño, como el buen samaritano que no le preguntó al necesitado ni de donde era ni que había hecho para estar como estaba, simplemente lo ayudó, sin juzgar porque juzgar es pecar, pecar de soberbio y la soberbia es la madre de todos los pecados.
Llegué a la mesa habiendo convertido mi cara de incredulidad en una sonrisa de fe renovada, me hizo feliz lo que había pasado y me hizo feliz saber que mi amigo tiene sus propios ángeles, buena falta le hacen, es bueno saber que puede contar con ellos, con los ángeles de Charly.
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