Diez años atrás en un
febrero de mucho calor en Mar del Plata salía en la clásica caravana de Playa
Grande para volver al hotel donde estaba parando cuando adelante mío veo un
Mercedes "ochentoso" con un hombre grande y su mujer, le reconocí el
corte de pelo, toqué la bocina cinco veces seguidas, el abrió la ventanilla,
sacó su mano derecha juntando índice y pulgar formando un círculo con los demás
dedos extendidos y tocó su bocina dos veces.
Hoy lloré como un
chico. Desde que ayer me enteré que estabas internado y hasta que me llegó la
noticia sentí que se empezaba a cortar el último piolín que me conectaba con mi
infancia. Hoy finamente dejé de ser un niño. Hay gente que sin saberlo nos
salvó la vida, nos dio alegrías cuando más las necesitaba y nos enseñó a reír.
Carlitos vos fuiste uno de ellos.
Casi instintivamente
seguiremos golpeando la puerta con cinco golpes cortos y tras la pausa, dos más
un poco más fuertes. Llevaremos siempre adquiridos el gusto de la sal, el kilo
y dos pancitos y hasta el último día de nuestras vidas los soldados de Carlitos
vamos a hacer la venia informal que nos dejó para decir que estaba todo bien,
un gestito de idea.
Le pidió una y mil
veces a Angueto que se quedará quieto, nos enseñó a dejar los chupetes en el
chupetometro y les regalaba, entre otras cosas, a los que iban al programa su
foto mientras decía "la fotito para que no me olvides". ¿Quién te va
a olvidar Carlitos? Ni nos hace falta la foto para recordarte, estas en cada
sonrisa, sos parte de la más tierna inocencia de nuestras vidas porque nos
hiciste divertir sanamente y en familia.
Damas, caballeros y porque no lactántricos, Angueto se quedó quieto, Carlitos
descansa. Saludo uno, un gestito de idea, y como el movimiento se demuestra
andando...
Gracias Carlitos Balá, Nos veemoooos Aeaeaeaea Pepeeeeeee!!!!!
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