Dicen que el trabajo mas peligroso según un estudio es la pesca de la centolla en el mar Báltico, se llega a pagar veinticinco mil dolares por veinte días de trabajo pero es común que regresen los barcos con menos marinos de los que salieron del puerto. Las aguas con temperaturas bajo cero, en una noche eterna y con mareas furiosas que al pegar con sus olas sobre la estructura dejan automáticamente estalactitas formadas con el hielo.
Estos rudos marineros no saben lo que es el peligro, juegan al "aspero" encadenados al barco intentando sacar del fondo del océano las jaulas con las centollas mientras el agua helada les cala los huesos, pero todo este esfuerzo es poca cosa comparada con algunas profesiones en nuestro país, tan mal remuneradas, tan poco cuidadas, tan olvidadas y vilipendiadas.
El oficial de policía tantas veces señalado por alguno que cayó en el gatillo fácil o por coimero se la juega en cada esquina, cada noche con las balas contadas y el material en mal estado cuerpo a cuerpo con los delincuentes que con buen conocimiento de los recovecos que deja la ley se valen de la puerta giratoria de las cárceles argentinas. La enfermera que baila con los virus y bacterias mas contagiosas prodigando amor a aquellos que nadie mas visita, sin gasas, sin alcohol, entre tantas personas que da la sensación que nunca se terminará el trabajo. El bombero, tal vez no tan prejuzgado como los otros pero tan héroes como los anteriores, dispuestos a dejar la vida en cada lucha contra el fuego con tal de salvar la del prójimo.
Entre estos héroes mal tratados de los Argentinos se erige en silencio la luchadora número uno la mas mal tratada y prejuzgada, en un trabajo que para el ignorante de a pié es simple, con pocas horas y que cuenta con largas vacaciones. Mal pagas, con el solo reconocimiento de aquellos por lo que desde hace ya tanto tiempo decidió dar absolutamente todo, las niñas mimadas de Sarmiento, son hoy el blanco de un estado que no las valora lo suficiente y una ciudadanía que las responsabiliza de aquello que debería hacerse en casa.
Algunos piensan que ser maestra o maestro, perdón a los caballeros, es un trabajo simple y descansado porque trabajan (si lo hacen en un solo turno) menos horas. En primer lugar muchos trabajan tanto o mas que la mayoría pues para cubrir necesidades, cumplen con ambos turnos y además dan clases particulares, pero por otro lado para el que cree que es mejor trabajar menos tiempo como maestra que mas como empleado administrativo, le propongo nadar un largo en una pileta con "materia fecal" o cinco en una pileta limpia. Yo ya elegí mi pileta, no se ustedes.
Soy, o creo ser, un padre amoroso, pero me toca lidiar con dos y en pocos meses mas con tres, estas heroínas deben lidiar con un promedio de veinticinco todos los días.
Como si fuera poco me dijo alguna vez una maestra a la que quiero mucho: "Tengo treinta alumnos, pero eso no me importa, el problema es que atrás hay sesenta padres!"
Mi viejo me contó que el primer día de clases de primer grado como no quería quedarse, en cuanto mi abuela lo dejó en el colegio, el se agachó por debajo del escritorio y se escapó, caminó unas veinte cuadras y llegó a la casa. Cuando mi abuela lo vio, lo agarró de la oreja y a patada limpia en el traste lo llevó de vuelta al colegio. Según dice papá mi abuela no sabía como pedir perdón por la actitud del demonio de su hijo.
Eso era antes! dicen los jubilados en el banco de la plaza, en el mismo banco que ya no usan tanto porque se lo invaden un grupo de desfachatados para tomar cerveza.
Y es verdad, ahora estas cosas no pasan, porque la madre de un chico de seis años que se escapó del colegio, abriga al hijo, lo contiene, lo deja en la casa y se va al colegio. No habla con la maestra, habla con la directora, mientras el padre envía carta documento y a la pobre maestra la dejan cesante.
O las maestras que cada dos por tres se encuentran con un padre o una madre que dicen que la docente la tiene con su pobre hijo... Mirá si la maestra la va a tener con el chico!!! A cuantas vemos en los noticieros que las matan a piñas y palazos algún energúmeno o energúmena porque le ponen malas notas al hijo. ¿Que nos está pasando? Cuando queremos cambiar lo que ocurre en este país decimos que deberíamos cambiar la educación, que el problema de los argentinos es un problema de educación. Pero esa educación no le corresponde a la maestra, nos corresponde a nosotros. Si tu hijo es un mal educado, lo aprendió de vos, si es un vago será por que ve a su padre o a su madre sacarle viruta al sillón toda la tarde. Si querés que tu hijo cambie, cambiá.
Somos mal educados y estamos criando mas mal educados, ayer disfrute del acto de mi hija pero tenía que lidiar, con padres que no respetan el lugar, o que se paran como cuando en la cancha se viene el gol, claro que en el estadio el de atrás te pega un grito y tal vez te regala parte de su mucosa nasal despedida como cervatana por boca. Pero acá no da. O esos "papis" que mientras los chicos actúan gritan como si fueran el COCO BASILE, "Marce!!!! Marce!!!" para que el chico los mire, el hijo y todos los demás, logrando así que un acto que a las pobres maestras le llevó casi cuatro meses se desmorone con la actitud poco inteligente de distraer a la tropa. ¿Porque no van a ver Hamlet? Ahí si quieren le gritan al artista en el medio del monologo de ser o no ser: "Renan!! Sergio Renan!!! Como va ídolo!!!" A patadas como mi abuela los van a sacar.
A mi hijo y a mi nos encantan las películas de super héroes y el sábado pasado vimos "Avengers" Una panzada de piñas, super poderes y rayos por todos lados.
Tras la reflexión me queda pensar en la super heroina que tengo en casa, no tiene martillo que traiga rayos, ni la fuerza del Capitán América, no tiene la tecnología ni la plata de Stark, ni se convierte en una bestia de color verde, está embarazada de 7 meses tiene 28 alumnas de 5 años, cobra menos que un empleado de un quiosco y se toma el colectivo donde todo el mundo mira las Blackberries para no ofrecer el asiento de ida y vuelta todos los días.
Este sábado es el cumpleaños... Le voy a regalar un antifaz y una capa, ¡esos son héroes de verdad!
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