Hace poco mas de un mes recibí por Facebook el mensaje de un amigo, Carlos que me preguntaba si conocía a Miguel, desde luego le contesté que lo conocía. Esto reconfortó a este amigo que buscaba a Miguel y que tras googlearlo y buscarlo por Facebook pudo ver que Miguel y él tenían un contacto en común, yo. Este buen tipo, demostrando una calidad humana envidiable, había encontrado en el subte la billetera de mi amigo Miguel, y apenas llegó a su oficina comenzó a rastrearlo por las redes hasta dar con él. Buen gesto Carlitos!
Miguel se reencontró con su billetera y seguramente con la sonrisa que podría garantizar había perdido para cuando lo llamé con la intención de contarle que Carlos lo andaba buscando.
Para cuando el episodio terminó comencé a pensar en la importancia que estas herramientas tienen para nuestra vida diaria. Este es un ejemplo pequeño pero ¿Cuantos familiares distanciados se habrán vuelto a encontrar? ¿Cuantos soldados habrán dado con aquel compañero de trinchera de quien nunca mas supieron nada?
Por otro lado también es verdad que es peligroso habilitar el acceso a información confidencial como las imágenes de nuestras propiedades, hijos, familia, etc. Es posible que seamos acosados e incluso que algunos delincuentes hagan inteligencia con nuestra información, claro que debemos ser cuidadosos, pero no por ese motivo tenemos que abandonar una herramienta tan útil.
Me he martillado los dedos en mi vida por lo menos mil veces, pero no por eso desecho el martillo, tengo que tener mas cuidado, pero sobre todo en toda casa tengo que tener un martillo.
Es un juego entre el riesgo y el beneficio. Nada distinto comparado con cualquier otra herramienta que nos ha presentado la historia. Cuando los primeros hombres usaron piedras para construir refugios otros las utilizaron para matar, seguramente que con el mismo maso con el que Miguel Ángel ha hecho el David, otro hombre de Florencia pudo lastimar a alguien. La herramienta es inerte, el valor de la misma lo ponen las manos que la utilizan.
¿Cuantas veces escuchamos que las armas las carga el diablo? La verdad que a satanás se le endilgan un montón de actos propios de idiotas, por que la verdad que a las armas, cuando ocurre una tragedia, las carga y las descarga un irresponsable, no el diablo, básicamente un "boludo".
Mas o menos por la misma época en la que Carlitos buscó contactar a Miguel, otro gran amigo publicó una carta que hacía llegar al Club Universitario de Buenos Aires, en reconocimiento por la actitud integradora que dicha institución tenían para con un jugador de rugby con síndrome de Down. La carta de Javier, se viralizó y apareció por todos lados, a las pocas semanas el tema fue tapa del Suplemento deportivo del diario La Nación.
Cuando eramos chicos nuestras madres decían que la televisión atrofiaba el cerebro, nada mas alejado de la realidad, desde luego que después de una maratón de los POWER RANGERS, nuestro hijo es un bobaso importante, pero si utiliza la herramienta viendo documentales en History Chanel o en Nat Geo, la herramienta no solo no atrofia el cerebro sino que además lo ayuda a aprender.
La computadora puede ser una herramienta para jugar, o un cine, o puede ser la biblioteca de Alejandría, depende de nosotros y de nadie mas. No volvamos nuestros juicios sobre las herramientas. Es indispensable saber que la causa para el efecto que detestamos somo nosotros y no las herramientas que utilizamos. Pobres e inocentes herramientas.
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