Ayer me enteré que tengo que mudarme, la casa en la que vivo desde hace tres años y a la que accedí a mudarme sabiendo que estaba en venta, finalmente se vendió, el cepo al dólar y el alto valor que los dueños habían puesto a la propiedad hizo que lo que no sería mas de un año, o un año y medio superara los tres años viviendo en esta casa.
La primera sensación siempre es desestabilizante, que se yo como explicar lo que se siente, es como saber que hay que pegarle si o si un volantazo al status quo. Se te llena el tuges de preguntas y tendés a hacerte el que no pasa nada como para no angustiar mas a todos los que están a tu alrededor, por que al fin y al cabo vos sos el líder de esta familia.
Lo que me vino en el corto plazo fue un planteo larguísimo, pensé en el cambio, en sus beneficios, en mudar no solo la casa sino todo aquello que ya no nos queda, como quien muda la ropa por algo que le queda mejor y le hace mejor. Me imaginé haciendo cientos de cambios un lugar mas cerca a lo cotidiano, con mas seguridad, sin escaleras, con algún espacio abierto pero chico, mas personal y para vivirlo mas seguido.
Me imagine, buscando nuevos horizontes, alejarme del estancamiento de la zona de confort, aspirando a mas, yendo a los espacios a los que no fui hasta ahora por comodidad y que me retienen en una constante de vida anodina y como decía Robert Kiyosaki, en la carrera de la rata. Siempre viendo de donde saco lo que necesito para pagar una cuenta, como llego a fin de mes, pero sin largar las cosas que me atan a ser siempre el mismo.
Tal vez la crisis, el cambio la mudanza, me permita mudar de mi, mejorarme a mi mismo, invertir en mi vida y en la de mi familia, cambiar para mejor. Iniciar proyectos, apuntalarlos y llevarlos adelante.
Quien sabe tal vez, lo que hasta hace menos de veinticuatro horas me arrancó angustiando sea un momento bisagra para mi vida y la de toda mi familia. Solo una cosa tengo claro de todo esto, DEPENDE DE MI!
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