martes, 24 de noviembre de 2015

UN DOMINGO EN EL CONURBANO Y LOS AMORES DE LIDIA

Eran las cinco de la mañana del domingo del balotage presidencial y en una plaza de barrio norte nos juntábamos un montón de amigos que habíamos levantado el guante de ser fiscales por elección, no por convicción política sino por convicción cívica. Como bien dijo uno de los que viajaba con nosotros al conurbano bonaerense, "Yo voy a fiscalizar que nadie haga trampa. Nadie de ningún partido". Porque la idea no es tomar ventajas para el que siempre pierde porque le han tomado ventajas los otros, la idea es certificar que cada voto valgo un voto y que vote quien debe y como debe votar.
El escolar salió de noche de la plaza, el sol salía atrás de la autopista Richieri, en los auriculares los chalcha cantaban una y otra vez Luna Cautiva, y entre mates alguna galletita y charlas con gastadas arrancamos a cubrir las escuelas 60 de Longchamps y 45 de Glew. El viaje fue largo, mas de una hora, y la tensión aumentaba, para mi como para muchos era la primera vez y en nuestra cabeza daban vuelta cientos de miles de historias de fraudes, aprietes, "usos del aparato de los barones del conurbano", y otros miles de nuevos conceptos que habíamos aprendido en los últimos días. mas de una boleta por sobre, voto cadena, documento anterior al del padrón del presidente de mesa, nulos, blancos, impugnados, y no se cuantos conceptos mas que de acá a dentro de dos años, para las próximas elecciones, deberemos repasar.
Llegamos primeros a la escuela 45 de Glew, una escuela de bajos,con siete pequeñas aulas que albergan a cuatrocientos cuarenta alumnos, que esta ubicada frente a un baldío con una parada de colectivo en la entrada a donde pasaba cada quince minutos un "quinientos algo" clásico bondi del conurbano que es de color verde pero parece marrón de tanta calle de tierra y falta de lavado.
Les ganamos la entrada al FPV, nos asegurábamos las sillas junto a los presidentes de mesa, etc, pero al entrar ya estaban allí un para de oficiales de la Armada Argentina, entre los que se destacaba el amigo "Basualdo" y una señora muy correcta pero reservada para los gestos de amistad, como midiéndonos, que se llamaba Lidia y era la Directora de esa escuela. Una mujer con cara de buena, de carita redonda y muy coqueta que nos daba indicaciones de que podíamos tocar y que no en la escuela. Cuidaba su escuela como a nada.
Mas tarde llegó la gente del FPV, en honor a la verdad ellos mismos se definieron como Peronistas y no del Frente para la Victoria. Buena gente, del barrio, con muchas elecciones, según nos habían contado habrían estado presentes en esa escuela desde la época de Menem. Entre ellos se preguntaban si ya habían cobrado lo que les mandaba el partido para fiscalizar y se sorprendían cuando alguno de nosotros les contaba que a nosotros no nos habían pagado nada y que por el contrario habíamos puesto plata para nuestras viandas y para pagar el servicio de los escolares que nos llevaron a la escuela. No esta bien una cosa ni mal la otra, son formas de hacer política que deberán quedar de lado cuando uno haga las cosas por convicción y no por conveniencia. Pero para que se hagan cosas por convicción hace falta estar convencido y para eso hace falta que alguien te convenza.
Las horas fueron pasando, Los fiscales de mesa y los que fuimos fiscales generales, vimos algunas pequeñas acciones de parte de algunos de los votantes a las que nos opusimos, nada que este por fuera de lo esperado, un cuarto oscuro donde nos informan que destruyeron las boletas, se cambiaron, algún votante con documento anterior que no pudo votar, algunas boletas a las que les habían sacado el numero para que no sean tomadas como válidas.
Al mediodía arrancamos el grupo de la mañana a capital para votar y volver a la tarde para el cierre de los comicios. Una hora de ida una hora de vuelta y no mucho mas que emitir el voto y besar a los nuestros en casa.
Ya de vuelta el recuento de votos nos mostro algunos sobres con mas de una boleta, tanto del FPV como de CAMBIEMOS. alguno que puso cualquier cosa y algunos votos anulado o en blanco.
El numero final en esta escuela del partido de Almirante Brown, termino aproximadamente 60% a 40% para el Frente para la victoria. La verdad que nadie esperaba semejante resultado, en ese lugar Macri nunca sacaba mas de un 16%, sin embargo así estaban los números.
Terminamos de contar y nos pusimos a ordenar y a limpiar la escuela, alguno de nosotros paseo con Lidia el lugar para ver que necesidades tenían. Los baños estaban bien para estación de trenes, pero no para baño de una escuela pública, es decir no es el lugar donde quiero que haga pis mi hija de siete años. Faltaban bancos, un techo en la parada para que los chicos no se mojen esperando el colectivo, Lidia cuidaba esta escuela como su casa, todos fuimos temprano y nos fuimos tarde, todos nos tomamos un rato para comer, votar o lo que fuera, solo Lidia estuvo parada todo el día armando filas de votantes, llamando a cada mesa, cuidando su adorada escuela, por que para Lidia el soberano no es Cristina,  ni lo serían Mauricio ni Daniel. Para Lidia el soberano son esos cuatrocientos cuarenta pibes que el lunes tienen que volver a sus aulas, que entre todos los fiscales de ambos partidos la ayudamos a ordenar. A ella Macri o Scioli le resbalan, a ella le preocupa, Luli, Alan, Cristian, Pedro Mili y otros cuatrocientos y pico mas. Porque eso también es democracia.
Puta madre! No tener una boleta que diga LIDIA PRESIDENTE, no?

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