El derecho
a réplica es una de las herramientas básicas para hacer justicia, permite que
se escuchen todas las voces, que no quede impune un comentario sin la otra
visión, la otra pata.
Hace poco
más de un mes me entusiasmé contando mi experiencia con las bicisendas de la
Ciudad autónoma de Buenos Aires, no es para menos ya que los últimos meses han
sido, y siguen siendo una experiencia extraordinaria digna de una película de
Fellini. Sin ir más lejos el viernes pasado y por esquivar a una gentil señora
sexagenaria que se paró en la bicisenda a esperar que el semáforo le sea
“benévolo”, terminé mordiendo el peraltado que divide la misma con la calle y
me pegué un tremendo golpe que podría haber sido aún mayor de no haber
llevado puesto el casco.
Como sigo
pensando falta mucho tiempo para que la gente asimile a la bicisenda como parte
del pasaje urbano, parecería ser que para algunos aún está negado y mas allá de
un tema de educación vial que es imprescindible para todos los porteños hay una
cuestión de cada uno donde debemos tomar conciencia y respetar al otro.
Pero
evitemos hoy hablar de los otros, ya les dimos a los peatones, que entre nos
son los peores, a los cartoneros que usan las bicisendas como espacio para
transitar, a decir verdad es bastante lógico, o cuanto menos más lógico que
verlos por la calle como autos y también a los automovilistas en todas sus
formas, taxistas, privados, colectiveros, etc.
Hoy vamos a
hacer un mea culpa, los usuarios no somos santos, más bien somos tanto o más “pecadores”
que el resto de las bestias de esta jungla, nos excusamos con los posos de la
bicisenda, o los containers de la basura que los cruzaron para la mano
izquierda y ocupan gran parte del espacio de tránsito. Con la mejor cara de
nada nos subimos a la vereda o salimos a la calle. No somos de respetar ningún
semáforo, aunque hago una salvedad, las calles que corren contramano deberían
sumar un semáforo para los que venimos al revés ya que muchas veces no
reparamos en el cambio de luces.
Un párrafo
aparte para el casco, entre nosotros ¿Hay algo mas antiestético que el casco de
bicicleta? El tipo que diseñe un casco con onda para ciclista se hace rico. Pero
no podemos negar que la fealdad del casco es proporcional a la seguridad que
proporciona al ciclista. El casco como dicen los avisos “salva vidas” y no es
un cliché. Además muchos, y es mi caso llevamos pasajeros eventualmente en la
bici, este pasajero debe tener su casco.
El problema
de las bicicletas es hasta la fecha la falta de reglamentación, el ciclista
pasa en rojo y nadie le puede hacer una multa, no usa casco y nadie le dice
nada, se sube a la vereda, anda en
contramano, hace lo que quiere. La verdad es que algunos nos creemos que porque
la bicicleta es “mountain bike” la podemos usar para hacer turismo aventura por
la 9 de Julio.
Estaba en
deuda con la crítica al primer comentario que vertiéramos hace más de un mes.
“Pensé que ibas a decir algo de los que andan en bicicleta también” me dijo
gentilmente uno de mis más queridos cuñaditos. Tenían razón, debía este
“derecho a réplica”, hasta acá cumplí porque coincido y me había quedado con
las ganas, ahora al menos siento que he sido más justo.
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